viernes, 1 de marzo de 2024

Sopa de pasta con jitomate

 

La sopita de pasta

Tomamos 100 gramos de sopa de pasta de cualñquier figura (las más comunes son fideo, estrella, caracol, codo, letra, munición, estrella)

En una olla previamente calentada al punto leidefrost (agregar una gota de agua y la misma debe "flotar")

Agregar dos cucharadas de aceite.

Se fríe la sopa hasta el punto dorado deseado.

En la licuadora se muele un jitomate, 1/4 de cebolla, un ajo y dos tazas de agua.

Añadir el jitomate molido a la pasta frita previo colado.

Mover hasta incorporar y ahora esperar a que el agua comience su ebullición, tapamos y bajamos entonces la flama dejando que el la sopa y el caldo se cueza.

Se ha descrito la receta básica, aunque ya para añadir elementos ornamentales hay operaciones igualmente sencillas, por ejemplo ya cuando el sofrito esté en su punto medio, puede agregarse verduras, higaditos de pollo, etcétera, dejar que todo dore hasta el nivel deseado y continuar con la receta, asimismo al momento de rectificar la sazón, además de la sal puede añadirse algún elemento que le de diferente carácter a la sopita, por ejemplo orégano, hierbas finas o sazonador italiano, finalmente el último consejo: en el primer minuto el agua debe comenzar a ebullir y los últimos 9 minutos serán a baja flama, ¡bon appétit!

domingo, 25 de febrero de 2024

Ponzu en el arroz

 

400 gr de arroz uruchimai

100 ml de viagre de arroz

100 ml de salsa ponzu

4 algas nori

4 chiles guajillo

3 chiles de árbol

10 gr de ajonjolí

2 tazas de fumet

pizca de hierbas finas

1 cucharada de sal

Dos cucharadas de aceite

50 gr de mantequilla


Repito la experiencia del arroz morado, pero ahora con variaciones.

Coloco el aceite y sofrío el chile guajillo, después agrego el alga nori en tiras, incorporo el uruchimai y los tres chiles de árbol, permito que el arroz se dore y agrego el ajonjolí y la mantequilla, después de un minuto añado la salsa ponzu, el vinagre de arroz, finalmente el fumet, sazono con sal, la pizca de hierbas finas y rectifico la sal.

Igual que el arroz morado heukmi bap, espero el efecto Leidenfrost, reduzco la flama y el arroz se cuece por 10 minutos.

Para acompañar un par de tazas de espresso (y un vaso grande de agua de melón, para aliviar la enchilada).

Alerta: Si no eres mexicano u oriental amante del pungente picor del chile de árbol, elimina ese ingrediente y quédate sólo con el guajillo para dar color.

Mi recomendación, saborear unas cucharadas del arroz, paladear ese sabor marino dado por el nori, muy al estilo de la paella mediterránea, luego, casi como por azar tomar un trozo de guajillo y degustarlo, ya con el paladar lleno del saborcito, proceder a más arroz y luego otro pedacillo de guajillo, seguimos con el arroz y entonces ya listo el gusto, tomar una pieza del chile de árbol y prepararse a sufrir un poco, como hay tres piezas de este generador de picor extremo, el proceso puede repetirse en tres ocasiones, para los más atrevidos, para una persona normal bastarán dos, yo me fui tendido hasta el final, aunque si fue menester saciar el enchilamiento con un vaso enorme de agua fresca de melón en la tercera ronda.

El sabor logrado con esta receta me recordó las tardes de tertulia con Marcelí Perelló, donde hablábamos de las noticias en boga, de política, ciencias o matemáticas y como siempre, del 68, pues nunca faltaba algún colega de visita que había pertenecido al movimiento.


sábado, 24 de febrero de 2024

Arroz morado oriental

 

Hoy 24 de febrero de 2024, estuve todo el día en la calle, aunque por la mañana visité a mis hermanas y desayuné unas tortitas de huauzontle en salsa de pasilla deliciosas, quizá le habría agregado yo un clavo de olor para darle un sabor más acusado, pero eso porque a mi me gustan esos arrebatos, recordé entonces los romeritos y su mole con camarón y ya en la noche revisando ya lo poco que queda en la alacena encontré una taza de arroz morado, hay una moda de darle color al arroz con diferentes vegetales, rojo con rábano, naranja con ídem, amarillo con alguna cucurbitacea, verde con wasabi, azul con arándanos, rosa con flor de cerezo y en este caso el lila a morado con col del mismo tono, además al uruchimai se le combina con arroz dulce y negro, logrando el color púrpura deseado, esa combinación de tres tipos de arroz es típica de sudcorea, se le utiliza para la preparación del heukmi bap.

La idea de este arroz es preparar sushi, pero ya para cenar rápido lo que hice fue cortar en cuadritos tres chiles guajillos, para mexicanizar el platillo, tostarlos y entonces cubrir con el arroz, agregar un poquito de fumet, una pizca de hierbas finas, una pizca de sal, para rematar con cuatro hojas de nori, igual en cuadritos.

Para darle el tono oriental sazone con vinagre de arroz, para aprovechar el efecto Leidenfrost use la sartén de 10 pulgadas y media de acero inoxidable, en más o menos un minuto y medio la válvula avisó de la convección, reduje la potencia de la parrilla de inducción y dejé cocinar por 15 minutos.

Recordé las tortitas del desayuno y el efecto de acompañarlas con un cafecito, de modo que repetí para la cena, aunque ahora utilicé un espresso, para más amargura. El resultado fue una maravilla, el arroz quedó como el del sushi, comprimido, con un sabor muy marino, dado por la combinación del fumet y el alga, pero junto con el trago amargo del café el sabor inicialmente suave y lejano se potenció enormemente.

Ya para cerrar con un postrecito, hice unos rollitos daneses, en esta ocasión dulces, ya que había experimentado con salados, pero no me gustó mucho el resultado, simplemente utilicé la harina con mantequilla en exceso y vainilla.